Una sencilla funda de almohada, es testigo del mejor momento del día.
Es ese rato antes de que se duerman los peques, en el que estamos juntos los tres, es nuestro momento.
Nos contamos qué hemos hecho a lo largo del día y qué ha sido lo que más nos ha gustado y lo que menos nos ha gustado. Hay noches en las que les cuento cuentos inventados, leemos algún libro o les canto una nana.
La semana pasada Noa me pidió que me tumbara un poquito con ella y con todo el cariño del mundo y entre susurros..... me cantó ella una nana a mí. Lo que sentí es indescriptible. .... de verdad que se duerme mejor con una nana. Duermes con una sonrisa y el día es mucho mucho mejor y si ha sido bueno es extraordinario.
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